Por siglos lo he buscado.
La divina proporción, la justa medida.
La clave de la belleza.
Es un cociente que todo lo abarca.
Esta en las hojas de las plantas.
En la armonía de la música.
En la proporción de tu cuerpo
Entonces te mido.
Como un sastre antropométrico.
Empiezo por tus brazos, bajo a tus pies.
Recorro la cinta métrica,
por la circunferencia de tu cintura.
Y de tus caderas.
No eres perfecta. Según los cánones.
Sesenta y dos de cintura.
Noventa y nueve de cadera.
Entonces divido.
Noventa y nueve entre sesenta y dos.
Y me sorprendo con el resultado;
Llevas el número divino: Uno punto seis.
Me encuentro con ese cociente nuevamente.
En la palma de tu mano.
En el rectángulo de tu cabeza.
En triangulo de tu pubis.
Eres divina. Por donde te mida.
Termino con tu esquema áureo,
trazando la diagonal de tu cuerpo entero,
inscrita en una esfera imaginaria.
Mujer divina. Te he encontrado.
Premonicion
-
*
En alguna dimensión del espacio nuestras entidades se conectaron levemente
por primera vez, fue en aquel año nuevo que tuve que quedarme encerrado en
mi ...
Hace 15 años
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