domingo, 7 de septiembre de 2008

Cabala

A veces dejo de llamarte, por cábala,
cuando la suerte me es esquiva.

Cuando te conocí, también invoqué esa creencia,
en pequeños detalles y sutilezas,
como anotar el día o la posición de la luna.

Desde entonces todo es cábala,
decido entre dos camisas,
o entre dos colores, para conjugar con tu estado de animo.

O cuando debo enfrentarte, a la hora del amor,
miro el calendario,
y decido volver sobre mis pasos, e ir a la cárcel.

Pero de todas, tú eres mi mas preciada cábala,
mi amuleto y mi rosario,
sin que siquiera lo imagines.

En la apuesta que es la vida,
te llevo a veces en mi bolsillo, o en un collar,
para sobrellevar los momentos de incertidumbre,
y siempre eres favorable, a la hora del desenlace.

Hago trampa al hacer cábala de mi cábala,
porque entonces las cosas no salen bien,
y cuando juego contigo, a hacer cábala,
corro el riesgo, de perderlo todo.

Pero he llegado hasta eso,
A la tentación de querer apostarte,
haciendo cábala contigo, precisamente.
y presionándote con fuerza, repito mi frase cabalística,
esperando el triunfo.

Apuesto mi vida entera, contigo.
Porque tú eres mi cábala.

No hay comentarios: